
Las verduras solanáceas y tu salud
Verduras solanáceas: tomate, pimiento, berenjena y patata
¿Sabías que puedes experimentar diarrea, gases, hinchazón, náuseas, dolor en las articulaciones, dolores de cabeza y depresión al consumirlas? Mejor evitarlas sobre todo cuando se tienen enfermedades autoinmunes, problemas intestinales, problemas de huesos, y en edades más avanzadas a partir de los 50.

red fruit and vegetables isolated in a group
Son verduras con una energía muy fría, de origen tropical. Además no se pueden considerar ni siquiera verduras, son frutas botánicamente hablando. Y son de las pocas verduras que no alcalinizan, sino que acidifican. Es decir, roban minerales, roban calcio, enfrían los riñones, los debilitan y pueden llegar a favorecer la formación de piedras y de cálculos renales.
Además de estas 4 verduras, cuidado también con las espinacas y acelgas:

Bunch of green chard on a table
Son ricas en oxalatos. Favorecen la precipitación de calcio, que sale de los huesos y se va depositando en tejidos blandos. Muchas de las recetas tradicionales de estas verduras tratan de compensar esto, por ejemplo cuando se cocinan al fuego (le quitan esa energía tan fría) o cuando se añade sal (no nos desmineralizaciones tanto). Otras formas de reducir los químicos perjudiciales es pelar las patatas (casi todos los alcaloides están en la piel), y evitar comer tomates verdes o patatas a las que le hayan salido tallos. Cuanto menos madura la planta, mayor concentración de alcaloides.
Mejores opciones para sustituir estas verduras:
- En verano: lechugas, judías verdes, calabacines, pepino…
- En invierno: todas las coles, escarola, alcachofas…
- Debemos también recuperar las hojitas pequeñas tipo canónigos, rúcula, perejil
- Es interesante también comer cítricos como naranja, mandarina o pomelo, ya que tienen gran cantidad de vitamina C.