Siempre que me pongo a pensar en ideas de recetas llego a dos conclusiones. Una, que en la cocina ya está todo inventado, y otra, prácticamente opuesta, es que poniendo un poco de imaginación, mucho amor y ganas o motivación, se llega a conseguir hacer un montón de recetas ricas, variadas y muchas veces sin necesitar necesariamente gran cantidad de ingredientes. Eso sí, aquí el tamaño no importa pero la calidad sí 😉 En mi caso además, se añade que intento hacer de la comida mi medicina llevando una dieta muy alcalina para desintoxicar mi organismo. Ya os lo contaba en este post.

Como dato interesante: El pH de nuestro cuerpo, o lo que es lo mismo, el nivel de acidez de nuestro organismo, se mide en una escala de 0 al 14. De 0 a 7 se consideraría un cuerpo ácido mientras que de 7 a 14 sería alcalino. Para buscar el equilibrio, la dieta alcalina apuesta por una alimentación a base de frutas y verduras dejando de lado a las carnes rojas, de cerdo, aves de corral, etc. así como a los lácteos.  Por supuesto, las grasas y los azúcares también están excluidos de esta dieta.

En relación con la alcalinidad y el cáncer os recomiendo este vídeo del doctor Alberto Martí Bosch. Es súper interesante y sorprende los datos que da sobre cómo la gran mayoría de las enfermedades pueden generarse en el cuerpo porque nuestro PH tiene un nivel demasiado ácido.

Y volviendo al hilo de lo que os contaba sobre mi relación con la comida y el aprendizaje, os diré que desde que empecé a cocinar pasé por tres fases. La primera fue la peor, la de la típica novata bloqueada que se queda sin opciones. Pensé que toda mi vida tendría que conformarme con comer verduras con aceite y vinagre y ya 🙁

En la segunda fase, ya más relajada, empecé a añadir a las verduras diferentes ingredientes, aliños y salsas. Caseras y saludables, pero ya esto era otra cosa.

Y superada esta segunda fase, hoy ya me encuentro en modo “vip” jeje, incluyo verduras hasta en los bizcochos, y cocino pasteles de verduras como el que os quiero presentar hoy, rico, fácil, rápido y lo más importante, saludable. Respecto a este último dato, no quería dejar de daros una importante recomendación: Intentad cocinar sometiendo a los alimentos a el menor calor posible, para preservar lo más posible sus nutrientes. Evitad sobre todo freir. La mejor opción por ejemplo para cocinar verduras sería al vapor. Así por ejemplo hoy hice un delicioso pastel de verduras. Os paso la receta:

Ingredientes: (yo puse la mitad y sale un pastel como para 2/3 personas)

  • 250g de guisantes
  • 1 ramita de menta
  • 2 zanahorias
  • 6 huevos
  • 6 espárragos y 3 ajos tiernos (yo no tenía y puse puerros)
  • 2 cebollas tiernas

Se cuecen al vapor durante 5 minutos las verduras cortadas. Mientras, se baten los huevos y se añade aceite, sal y pimienta negra. Se incorporan las verduras cocidas y se añade la ramita de menta picada. Se mezcla todo bien.

En un molde apto para cocer al vapor, o en una bandeja de horno forrada con papel de horno se vierte la mezcla y se hornea durante 25 minutos aproximadamente.

Salsa de pimiento para acompañar:

Se cuecen al vapor medio pimiento rojo y una cebolla, y se ponen en un vaso de batidora junto con un chorro de aceite, un poco de agua, sal, pimienta y una puntita de ajo. Se bate. Yo añadí también un puñado de almendras que tosté previamente. Le da un toque riquísimo (recuerda a la salsa romesco típica para acompañar los calçots).

¡Y este fue mi resultado! :

Preparados…

unnamed 2.jpg

 

 

 

 

 

Listos…

unnamed-1 2.jpg

¡Ya!

unnamed-3.jpg

Se sirve acompañado de la salsa:

unnamed-4.jpg

Espero que te haya sido útil la información y que te animes a probar esta u otras recetas saludables que seguro te ayudarán a sentirte muuuuucho más feliz 🙂

Sígueme también en Facebook, Twitter, Instagram o suscríbete al canal de Youtube.

Porque compartir es vivir. ¡Gracias!

 

 

 

 

Ir al contenido