Si eres amante de las tartas de chocolate y no te quieres complicar la vida con la elaboración ni con el tiempo que te pueda llevar, este es tu post. Te presento 2 recetas fáciles, rápidas y con un resultado espectacular. La primera es una versión rápida de brownie, más simple que la segunda receta de la tarta, pero acompañada de helado se convierte en un súper postre. La tienes en mi libro: Cocina saludable: adelgaza y disfruta comiendo; también en una publicación anterior, pero merecía la pena repetirla, y así tienes aquí dos recetas juntas para que elijas la que más te guste.
Ingredientes: 120 g de harina de arroz, 150 g de azúcar (abedul o panela), 40 g de cacao en polvo, 2 c de bicarbonato, 2 huevos, 40 ml de aceite de oliva, 120 g de bebida vegetal (almendras, soja, avena, arroz…), 100 ml de agua, y 5/6 C de nueces en trocitos.
Se mezclan todos los ingredientes echando lo último las nueces, se vierte en un molde cubierto con papel de horno, y se hornea 25/30 minutos a 180ºC. Si te apetece un extra de chocolate, una vez que se enfríe el bizcocho puedes ponerle por encima una salsa. Se hace mezclando 2 C de cacao, 2 C de aceite de coco y 1 C de endulzante líquido (sirope de arce o de agave).
Tarta de chocolate:
Ingredientes: Secos: 2 T de harina de almendras (se obtiene triturándolas), 2 C de cacao, 1 C de bicarbonato y 1 pizca de sal. Húmedos: 2 plátanos, 3 huevos, 80 ml de aceite y 120 ml de sirope. Cobertura de chocolate: mezcla de 2 C de cacao, 2 C de aceite de coco y 1 C de sirope. Opcional: 1 ó 2 C de anacardos o nueces para coronar.
Se mezclan primero los ingredientes secos. Después se mezclan las claras a punto de nieve con las yemas, se añade el plátano (chafado con un tenedor), y el resto de ingredientes húmedos. Ahora mezcla y bate todo bien en un cuenco grande. Se vuelca en un molde o recipiente engrasado y se hornea unos 45 minutos a 160ºC. Se vierte la cobertura de chocolate (puedes hacerla también con chocolate derretido mezclado con una “leche” vegetal) y los frutos secos triturados por encima. Se deja enfriar.
Espero que puedas hacerlas y que las disfrutes. Puedes consultarme lo que quieras, dejándome tu comentario aquí o en Facebook, Twitter, Instagram o canal de Youtube.
¡Hola! Ya estoy de vuelta después de algún tiempo en el que había parado un poco la actividad de mi blog. Pero hoy te traigo una vídeo receta para chuparte los dedos. Los que me conocéis, ya sabréis que me puede el dulce, así que me busco la vida para conseguir recetas que me quiten el “mono de azúcar”. Como siempre, la receta es dulce pero a la vez saludable, y rica, riquísima 😉
Si queremos higos naturales, su temporada va de Julio a Septiembre, pero podemos aprovecharnos de esta deliciosa fruta en otras épocas del año. Y es que, a quién le amarga un dulce, je, je.
Espero que la disfrutes. Pincha en el vídeo y sonríe 🙂
Verduras solanáceas: tomate, pimiento, berenjena y patata
Las verduras solanáceas contienen nutrientes importantes y proporcionan muchos beneficios para la salud, sin embargo en las solanáceas comestibles se encuentran alcaloides en pequeñas cantidades. El trabajo de los alcaloides y lectinas cuando la planta está viva es “matar cosas” y en tu intestino, las víctimas pueden ser las células de la pared intestinal. Si nuestro intestino está sano, debería poder lidiar con estas sustancias tóxicas sin problema, pero…
¿Sabías que puedes experimentar diarrea, gases, hinchazón, náuseas, dolor en las articulaciones, dolores de cabeza y depresión al consumirlas? Mejor evitarlas sobre todo cuando se tienen enfermedades autoinmunes, problemas intestinales, problemas de huesos, y en edades más avanzadas a partir de los 50.
red fruit and vegetables isolated in a group
Son verduras con una energía muy fría, de origen tropical. Además no se pueden considerar ni siquiera verduras, son frutas botánicamente hablando. Y son de las pocas verduras que no alcalinizan, sino que acidifican. Es decir, roban minerales, roban calcio, enfrían los riñones, los debilitan y pueden llegar a favorecer la formación de piedras y de cálculos renales.
En edades avanzadas, comiendo estas solanáceas todos los días, al cabo de 1 ó 2 semanas podrás empezar a estar débil, floja, te dolerán las articulaciones, orinarás mucho, se te empezará a caer el pelo, etc. Porque te estás desmineralizando.
Además de estas 4 verduras, cuidado también con las espinacas y acelgas:
Bunch of green chard on a table
Son ricas en oxalatos. Favorecen la precipitación de calcio, que sale de los huesos y se va depositando en tejidos blandos. Muchas de las recetas tradicionales de estas verduras tratan de compensar esto, por ejemplo cuando se cocinan al fuego (le quitan esa energía tan fría) o cuando se añade sal (no nos desmineralizaciones tanto). Otras formas de reducir los químicos perjudiciales es pelar las patatas (casi todos los alcaloides están en la piel), y evitar comer tomates verdes o patatas a las que le hayan salido tallos. Cuanto menos madura la planta, mayor concentración de alcaloides.
Mejores opciones para sustituir estas verduras:
En verano: lechugas, judías verdes, calabacines, pepino…
En invierno: todas las coles, escarola, alcachofas…
Debemos también recuperar las hojitas pequeñas tipo canónigos, rúcula, perejil
Es interesante también comer cítricos como naranja, mandarina o pomelo, ya que tienen gran cantidad de vitamina C.
Espero que te haya servido esta información. Yo soy candidata ideal para que me hagan daño este tipo de verduras solanáceas, así que ya puse en marcha mi plan de dieta tomando las precauciones necesarias. Si es tu caso, haz tú lo mismo 😉
Se nota que los postres son mi debilidad. Si, lo reconozco, y para poder permitirme el capricho de vez en cuando, procuro hacerme postres utilizando ingredientes saludables y evitando todo lo que pueda lo refinado, procesado y el azúcar.
El dolor vino a pararme. Así titulo mi propio testimonio y lo cuento en Tu vida sin dolor, una guía para pacientes con dolor, familiares y cuidadores, que dan información, difusión y ofrecen ayuda desde hace 4 años.
Una de las iniciativas que llevan a cabo se llama #pacientesquecuentan; Cuando descubrí de qué se trataba no dudé en colaborar, porque creo que si algo está en nuestra mano es contar lo que nos pasa y dar a conocer una enfermedad, la fibromialgia, que ya afecta a más de 3 millones de personas en España.
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